Este es el muy
conocido, en su forma domesticada, pavo que servimos en la mesa los días
festivos. En realidad es un ave muy interesante ya que aquellos que han sido
domesticados son bien tontos, pero los que se crían salvajes, y sobreviven, son
sumamente pícaros.
Ya cuando
Cortés llegó a México este pavo había sido domesticado. Poco después, en 1511,
se enviaron algunos ejemplares a la Península. Y continuó la domesticación en
Europa y la vida natural en América. Hoy en día los descendientes de la forma
domesticada no pueden sobrevivir en la naturaleza. Tanto así que cuando se
trata de repoblar alguna región, hay que emplear los pichones de la forma
salvaje, que no son tan fáciles de criar en cautiverio.
El Pavo Común
es oriundo de América del Norte. Su distribución natural comprende desde el sur
del Canadá hasta el norte de México. No es un ave migratoria, sin embargo hay
algunas poblaciones que anidan en las montañas que descienden para invernar a
menos altura y todos se desplazan de acuerdo a la abundancia de alimentación.
Muy normal que en un año se trasladen de unos 30 a 45 kilómetros.
Pavo común
hembra.
Habitan en las
regiones donde hay árboles próximos a descampados. Dependiendo la temporada del
año pueden formar grupos de 6 a 20 integrados por sólo machos, hembras, o ambos
géneros, o también pueden andar solos. Normalmente caminan pero pueden volar y
aunque usualmente vuelan cortas distancias, tienen un vuelo fuerte.
Crían una vez
por año, aunque es posible que algunas hembras logren dos nidadas en una misma
temporada. La primavera del hemisferio norte da comienzos a la época de cría,
ya en los primeros días de abril algunas madres se encuentran calentando sus
huevos.
El macho atrae
a la hembra con el “canto”. Una vez que ya están a la vista uno del otro, el
macho eleva las plumas del cuerpo dando la impresión que se infla. Deja caer
las alas a tocar el suelo y habre la cola en forma de abanico.
La única
participación del padre en el proceso de la cría se limita a fecundar a la
madre. La hembra selecciona el nido, incuba los huevos y cuida de los pichones
por sí sola.
El nido es
rudimentario, un lugar escarbado por la hembra en la tierra escondido entre
algunos matorrales. La nidada consiste de 8 a 15 huevos. La incubación se toma
de 26 a 29 días. Si durante los días de puesta, durante la incubación o aun a
los pocos días de haber nacido los pichones, la nidada se pierde, es posible
que la hembra vuelva a anidar. Realmente lo puede hacer por los próximos 56
días después de estar con el macho ya que su organismo puede mantenerse fértil
por esta cantidad de días.
Los pichones se
valen por sí mismo y no son alimentados por la madre. Los primeros días sólo
comen insectos y tienen un apetito voraz. Después empiezan a comer hierbas,
granos y otras sustancias vegetales. Entonces necesitan comer piedrecitas para
poder romper y digerir los granos y vegetales. A pesar que pueden caminar y
comer a las pocas horas de nacidos, dependen de la protección de la madre para
poder sobrevivir.
Desde que nacen
duermen bajo las alas de la madre. A las dos semanas ya se pueden trepar en las
ramas no muy altas, entonces toda la familia empieza a dormir en las ramas, aun
bajo las alas de la madre hasta que ya tiene buen tamaño. Permanecen con la
madre hasta la próxima temporada cuando ya son adultos. Se estima que tengan
una longevidad que supere los 10 años en la naturaleza, aunque la mortalidad,
especialmente de los pichones, es alta.
En esta especie
los machos pesan entre 8 y 10 kg y las hembras entre 4 y 5 kg, claro estos son
los pavos salvajes, los domesticados pueden ser aún más grandes.
Sabía que este
fue el ave que compitió con el Pigargo Americano ( Águila Americana ) en la
selección por ser el ave nacional de los Estados Unidos, y estuvo muy cerca de
ganar.
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